Abriendo una página web

¿Por qué abrir una página web sobre mi fotografía? Sobre fotografía en general. ¿Por qué rellenarla con un blog? A estas alturas sobretodo, tras años tomando fotos, estudiando, editando, componiendo...

El sentido detrás de ello es tan básico como el de el porqué hay gente que no puede estar sin hacer fotos. O qué hacer con las fotos que se toman, una vez que están acabadas. Y por acabadas me refiero a todo el proceso creativo y técnico (y si me permiten psicológico) que existe detrás de cada foto hasta que estamos a gusto con ella. De todo ello quizás el más sencillo es el primer paso: Observas algo que te llama la atención, lo estudias, lo aíslas mentalmente, preparas la cámara y click, disparas. Y a partir de aquí comienzan las preguntas y las dificultades ¿Es una buena foto, la mantengo o la tiro? Si sobrevive, está la opción de editarla, ya sea directamente en la cámara desde donde la hayas tomado o descargándola en el ordenador. Aquí, durante la edición, comienza un laberinto de las miles de opciones,  filtros, ediciones... (algún día me gustaría hablar concretamente de este proceso), y una vez que está más o menos a nuestro gusto, llegamos a la tercera fase, ¿qué hacemos, o para qué nos vale esta foto? Para muchos el hobby creativo acaba aquí. Como cualquier otra actividad que resulta reconfortante por el mero hecho de llevarla acabo, sin aspirar a más, la fotografía es tan válida como otra cualquiera, pero he aquí, que no suele ser el caso.

¿De qué nos sirve el proceso creativo si no podemos comunicarlo, o compartirlo? ¿Por qué en un mundo tan conectado necesitamos el reconocimiento de otros? En la mayoría de los casos, aparte de la búsqueda de, llamémoslo reconocimiento (palmaditas en la espalda, likes en facebook, favoritos en flickr...), una foto está condenada a morir si no se muestra a alguien. Si no se expone, si no empieza a cobrar vida en los ojos de otros. Dicen que el tiempo medio que pasa una persona observando una foto es de tres segundos (puede que incluso cada vez sea menos, teniendo en cuenta el bombardeo de imágenes constante que tenemos), pero bastan esos tres segundos de retina para que alguna imagen se enganche en la memoria de alguien, para que una fotografía que hayamos hecho tenga algún significado.

London, 2014

Como el que colecciona sellos, caballos, etiquetas de cervezas, o coches de carrera, el fotógrafo ordena su colección de fotografías cuidadosamente, las desempolva, las coloca en montoncitos por cualquiera que sea su temática o gusto, y si puede, las exhibe, las muestra con más o menos orgullo. Ese, supongo, que es el razonamiento dentro de lo que me motiva para abrir una web.

Y este blog, tiene en si dos funciones, una, más técnica, donde trataré de ir respondiendo a preguntas que me han hecho, o consejos útiles para quien le interese. Otros post serán más introspectivos, como éste primero, donde trataré de hacerme una psico-terapia que explique qué hay detrás de esta pasión tan globalizada, quizás una de las que más, la fotografía.

Espero empezar con buen pie este camino.

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Una sesión fotográfica en familia