Conocer a través del retrato

Lo mejor de trabajar en fotografía de retratos es que te permite la posibilidad de establecer contacto con gente que de otra manera sería muy difícil que lo hicieras. Todos tenemos nuestros círculos personales, círculos sociales y profesionales que al fin y al cabo, acaban conectándose unos a otros. Como la palabra indica, un círculo es al fin y al cabo una delimitación, una definición de espacio, o en este caso, de gentes. A veces logramos romper ese círculo, por razones de azar o porque nos lo proponemos , renovamos, y volvemos a pintar el círculo. La fotografía de retratos te permite abrirte, conectar con otras realidades, siempre interesantes, siempre enriquecedoras. Efectivamente, podréis decir que un comercial que recibe en su tienda, o un barman poniendo copas también están expuestos a multitud de gente, y son capaces de contactar con otros círculos, pero es distinto. 

Es distinto porque no creo que alguien que se dedique a hacer fotografía de retratos puede hacer su trabajo como al que encargan un traje a medida. En ambos casos hay mucho que medir, mucho que ajustarse al sujeto, pero la necesidad de implicarte (a veces hasta emocionalmente) con tu sujeto cuando haces una foto es imprescindible. No conocerás ningún gran retratista (pienso ahora en Dan Winters, o Gregory Heisler) que no te empiecen a describir cualquiera de sus trabajos si no a través de la persona a la que fotografían. No es cuestión de técnica, ni siquiera algo tan fundamental como la creatividad es lo más importante. Lo vital es saber conectar con la persona que se comunica contigo a través de la lente. Esa lente establece una comunicación muy íntima entre fotógrafo y retratado, alguien que en definitiva está depositando toda su confianza en la persona que va a inmortalizarla con la cámara. Y es aquí donde la pericia del fotógrafo tiene que trabajar para entender a quién tiene delante, conocerla, y sobretodo, interesarse sinceramente por esa persona. 

Y es así como conoces gente, como hace no mucho conocí a una grandísima profesional de la danza. Profesora, intérprete y amante del mundo de la danza, Elsa me permitió adentrarme en su universo a través de las fotografías que le pude hacer. Aparte de su actitud positiva y completamente relajada delante de la cámara, me fascinó su fortaleza, su dedicación, y su gratitud (además de su paciencia, mientras me entretenía en arreglar un pequeño problema técnico…). Aparte de unas estupendas fotos, aprendí mucho sobre el fascinante mundo en el que ella se mueve como pez en el agua, como la enorme bailarina que es. 

Elsa en el Parque del Capricho, Madrid

Elsa en el Parque del Capricho, Madrid

Retrato de Elsa, en Madrid
Retrato de Elsa, en Madrid
Retrato de Elsa, en Madrid
Retrato de Elsa, en el Capricho, Madrid
Retrato de Elsa, en Madrid
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Realmente, la fotografía es importante